Será un chulo acabado, un imbécil cuando quiere, pero te sabe hacer sonreír. Y aun no sabes porque cuando cruzáis la mirada te pones roja como un tomate. Joder, ¿Es que ese pelo no puede ser mas sexy? Lo llevas deseando toda la semana. Desde la primera sonrisa, desde el primer abrazo. Y cuando por fin vuestros labios se tocan, te das cuenta de que vuelves a sentir lo que solo con una persona sentiste. Pero sabes que esto en algún momento tiene que acabar. Y acaba. Y cuando todo acaba te das cuenta de las cosas. Te das cuenta de que estas enamorada como una gilipollas otra vez, y que ya no serán esos centímetros los que os separen. Y lloras, lloras sabiendo que eso que sentís se acabará consumiendo día por día, hasta el final. ¿Pero sabes? Eso es el amor de verano. Así como las estrellas fugaces, puedes sentirlas durante unos instantes, es algo que te llena hasta la punta de los pies. Hasta que finalmente se esfuma dejando solo, un bonito recuerdo.
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